Colaboración de Amep Austin y Poni
Una vez al mes, Adriana López* le manda a sus padres $150 dólares del dinero que gana de su negocio de limpieza de casas en Austin, una transacción que para ella y para miles de trabajadores que regularmente mandan remesas a sus países de origen, puede presentar ciertos retos.
Para los López, el dinero que reciben de su hija equivale al salario de un mes en México. En su trabajo como vigilante en México, su padre, el señor Rosendo López, gana el salario mínimo de 64 pesos por día, lo que es menos de $5 dólares. Mandar dinero a México es una de las razones por las que Adriana López está en Austin, pues con el dinero que recibe su padre, él puede asegurarse de comprar las medicinas que necesita para su esposa, quien sufre de artritis. “Eso es lo que más me importa, saber que mis papás van a tener por lo menos este dinero para atenderse”, dice López.
Las remesas no sólo representan una fuente de ingreso para las familias como los López, sino que a nivel nacional en México, como en otras partes del mundo, son uno de los motores principales del desarrollo. Pero López, como muchos otros, se ha enfrentado al problema de que su padre acuda a cobrar la remesa y encuentre que la tienda en México ya cerró, o se ha quedado sin efectivo. Esto ocasiona problemas para el señor Rosendo, quien tiene que dejar su trabajo para poder cobrar los envíos que le hacen y a veces pasan varias horas en fila para obtener su dinero.
Los bancos realizan transferencias interbancarias para sus clientes, conocida en inglés como wire transfers, pero el costo es de entre $25 a $50 por transacción. También requieren que ambas partes tengan una cuenta bancaria y que puedan proporcionar documentación y mucha información personal. Este procedimiento puede tomar varios días para realizarse y llega a ser muy tedioso.
Tras averiguar sobre los diferentes servicios locales de transferencias, López piensa que es más fácil acudir a una de las tiendas cercanas donde hablan español. “Me fijo que esté cerca y que la gente que me atienda hable español. Además con la tarjeta Poni, ahora puedo mandarle dinero a mi papá y él puede cobrarlo en cualquier cajero automático en México, aunque no cuente con una cuenta de banco tradicional”, dijo.
Adriana López, como muchas otras mujeres emprendedoras en los Estados Unidos, busca que su familia tenga el mejor servicio y la facilidad de cobrar el dinero cuando lo necesitan. Para poder usar la tarjeta de Poni, López le pidió a su padre que adquiriera la tarjeta en uno de los comercios de Comex. Después, él llamó por teléfono para activarla y dar sus datos personales registrándola así a su nombre.
Como López es miembro de la organización Asociación de Mujeres Empresarias y Profesionales, su padre dio el código AMEP al llamar y de esta forma la organización recibe una donación de $8 dólares por parte de Poni para continuar con su misión de impulsar a las mujeres emprendedoras en los Estados Unidos.
Ahora, López puede acudir a alguno de los servicios de remesas más cercanos a su hogar – servicios como Barri, Dinex y Ría, o por internet, y solicitar que el giro pueda cobrarse en el cajero automático con la tarjeta Poni.
De esta forma, con tarjeta en mano, el señor Rosendo puede acudir a cualquier cajero en México, introducir el número del envío que le dio su hija cuando el cajero solicita un NIP, y cobrar su dinero sin comisiones, sin filas, cualquier día de la semana y a cualquier hora – y con la certeza de que siempre hay efectivo.
“Estamos muy orgullosas de poder colaborar y difundir el servicio de Poni entre nuestros miembros”, comentó Patricia Flores, presidente del capítulo de AMEP en Austin. “Esta colaboración nos permite apoyar a nuestros miembros para que continúen beneficiando a sus familias en México” explicó, “además que la contribución de Poni a nuestra organización, (los $8 dólares por cada tarjeta que se active por primera vez en México bajo el código de AMEP), nos permitirá continuar organizando más programas educativos y de apoyo a la comunidad de mujeres empresarias y profesionales”.
“Te invitamos a que visites la página de poni.mx para averiguar más sobre cómo funciona el servicio, y que te pongas en contacto con nosotras para obtener más detalles de cómo apoyar a nuestra organización con tus envíos”, concluyó Flores.
(los nombres de Lopez y su familia han sido sustituidos por otros por solicitud de privacia)
Este es un artículo patrocinado por PONI. MX en colaboración con Amep Austin e Inspirare Communications, LLC.